Juan Carlos Ríos, el tornero oficial de BLOCK

Está siempre en eje y es la primera cara visible que aparece al ingresar al taller. Es el encargado de manejar el torno paralelo y de monitorear el torno CNC. La precisión, productividad y velocidad son parte de su paisaje cotidiano. Moldear barras de hierro que transforman en piezas clave de la mayoría de los motores eléctricos es su función.

Siempre está en eje y a medida que pasa el tiempo se va perfeccionando. Es detallista, paciente y autoexigente, condiciones clave que explican por qué se ha convertido en el tornero oficial de Electrotécnica BLOCK. Ubicado a pocos pasos de la entrada, en la primera nave industrial que Electrotécnica BLOCK tiene en el PIO, Juan Carlos Ríos trabaja desde hace 12 años en forma metódica, casi imperturbable.

Un golpe de suerte hizo que dejara la empresa en la que trabajaba para desembarcar en el universo de los motores eléctricos que hoy siente como su lugar en el mundo.

En 2011 “un compañero se vino para acá. Necesitaban otro empleado y vine a hablar con Daniel (Block), que me contrató para hacer tornería”, cuenta apostado junto al torno paralelo. Ese que conoce a la perfección y al que no le pierde pisada.

“Era todo nuevo para mí porque es todo eléctrico. Ariel Fratesi era mi compañero; él arrancó primero y así fuimos aprendiendo” este oficio que hoy domina con notable destreza.

En ese paso a paso aprendió a interpretar planos de fabricación de piezas y a manejar los instrumentos de medición. Hizo de la precisión un lema de trabajo. Incorporó en su agenda conocimientos de programación y habilidades para accionar el torno paralelo y el  computarizado.

“Este taller tiene otras dimensiones, hay fuerzas más pesadas. No sabía que estaban haciendo estos trabajos acá. En la tornería donde estaba se trabajaba para Ferrosur y así conocimos a BLOCK”, comenta Juan Carlos Ríos, ubicando a los ferrocarriles como puente laboral.

Pasaron doce años y hoy siente a BLOCK como su casa. Supervisa el trabajo de torneado, toma medidas, hace ajustes de velocidad y tiene un papel clave en la fabricación de piezas mecanizadas de alta precisión. Su rol contempla la configuración, supervisión y control de ambos tornos además de verificar las dimensiones de cada desarrollo y la seguridad laboral.

Casi todos los motores eléctricos que llegan a la empresa hacen escala en su sector.  De todos modos, reconoce que el caballito de batalla son los ejes de ferrocarril, aunque también hagan piezas para maquinarias de cementeras, canteras o parques eólicos.

“Somos los que medimos; tenemos que estar en todo”, observa Juan Carlos Ríos, consciente de ser parte de una enorme cadena productiva en la que cada eslabón es determinante para que todo funcione.

“Hay un torno paralelo y esta el Torno CNC. Tenía alguna idea pero era todo muy nuevo para mí” reconoce el operario que accedió a una capacitación específica del INTI.

“Hay que ser tranquilo, paciente y tener mucha vocación porque es difícil el tema de las medidas; se trabaja con mucha precisión”, asegura el tornero oficial de BLOCK.

Un trabajo calificado que hoy recae solo en sus manos. Sin embargo, cuando se le pregunta por su desempeño, arriesga como respuesta un “calculo que soy bueno porque estoy durando”, y se sonríe.

Se autodefine tranquilo y detallista. Su objetivo es “que las cosas salgan bien. Si sale algo mal no me gusta”, dice Juan Carlos, seguro de ser parte de un enorme engranaje que “pega la vuelta para que todo funcione y donde cada uno cumple su rol. Es un trabajo cómodo, importante, que está bueno hacer”.

Una tarea necesaria que actúa como “complemento de la parte eléctrica, de los motores” a los que se les hace rebobinados y reparaciones.

“Me gusta el trabajo que hago. Estamos bien. Acá se trabaja tranquilo y uno apunta a mejorar siempre”, comenta el tornero que de chico pasaba horas rodeado de motores en el taller de un mecánico conocido. Por entonces, estaba muy lejos de imaginar que estaría en el mapeo de las soluciones integrales que brinda Electrotécnica BLOCK.

Hizo el secundario en la escuela Industrial y ésa también fue una antesala valiosa que lo acercó a los oficios y al trabajo en equipo.

 

“Acá recibimos los tochos de hierro y los trabajamos en el torno paralelo para después pasarlo al torno CNC, que es más seriado y más preciso”, explica, mientras señala la viruta metálica que se desprende del eje que está fabricando.

Su día arranca bien temprano y permanece apostado a los dos tornos que maneja entre las 7 y las 17. Tiene 46 años y junto con su pareja sueñan con hijos que algún día vendrán. Es que viene de una familia numerosa en la que se cuentan 7 hermanos. Y más allá de los vaivenes del país, celebra este presente que lo encuentra con “bastante trabajo acá” porque, después de todo siente que lo más importante en la vida es “tener bienestar, estar bien con la familia y tener un buen trabajo para avanzar”.